Había una vez una niña a la que le gustaba cantar, bailar y crear
historias de fantasía que solía escribir en un pequeño cuaderno de corazones al
que llamaba su “Diario”. Tenía grandes sueños y todo el tiempo estaba
fantaseando a cerca de cómo sería su vida cuando fuera grande. Además tenía la
peculiaridad de acordarse siempre de lo que soñaba, entonces muchas de sus
historias eran un mix entre lo que soñaba y lo que fantaseaba. Esa niña era yo…
Cuento esto pues quiero contar que una noche tuve un sueño del cual hice toda
una historia y traté de sacar de él hasta una novela. Soñé que vivía en el
tiempo de la conquista española… Yo era como una Cenicienta y de un momento a
otro me convertí en la ama y señora de la casa. Cuando desperté quise hacer mi
propia historia. En aquel momento no teníamos computador en mi casa, por lo que
desempolvé la maquina de escribir y practiqué mis clases de mecanografía en las
cuales nunca me había ido bien. Empecé a escribir la novela que había creado en
mi cabeza, pero me encontré con bastantes impedimentos al tratar de pasarla al
papel. En ese tiempo vivía un primo en mi casa… fue al primero en saber que
quería ser escritora y que iba a escribir mi primera novela. Como era de
esperarse para escribir media página me demoraba todo un día, pues siempre me
equivocaba y tenía que volver a empezar (me alegra mucho que hoy exista el computador).
Mientras escribía en la maquina, me preguntaba como hacían los grandes
escritores para sacar libros de 1000 hojas si yo ni siquiera podía sacar media
página en un día. Entonces un día llegó mi primo, se sentó conmigo a leer “mi
novela”, de la cual llevaba mil días escribiendo y solo tenía dos páginas llenas
errores, al final mi primo por molestarme me dijo que la verdad pensara en otra
profesión porque al paso que iba, me iba a demorar escribiendo una novela toda
la vida. Tenía razón y rompí las dos páginas que tenía escritas llena de
frustración. Para mi fortuna llegó el computador a mi casa con mi gran amigo “Word”…
TATATAN!!!! Ahora si podría escribir pues no tenía que repetir mil veces la
misma página, y podía escribir las
historias en el orden que yo quisiera para después de escrito corregirlo a mi
antojo. Entonces pude retomar mi sueño de escribir, aunque nunca dejé de
escribir en mi diario. Me di cuenta que era muy buena contando historias y
creando personajes. Cuando empezaba a escribir, la mayoría de las veces no terminaba
las historias pues me quedaba jugando con los personajes y me salían tres
historias más. Cada personaje lo creaba con su personalidad, lo ponía a
interactuar en mi cabeza entre si con otros personajes y disfrutaba creando la
historia de cada uno para hacerlos reales. Yo era la ama y señora de mis
historias y decía que le pasaba a cada uno de los personajes: si se enamoraban,
si se enfermaban, si les pasaban cosas tristes o felices… siempre era yo la
encargada de hacer de ellos mil historias y crear mil dramas a su alrededor. Entonces
me pregunté quien era el escritor de mi propia vida, me pregunté de quien era
producto mi historia… me llegó la sensación de pensar que yo era un instrumento
de alguien que escribía mi historia y que cada uno de mis días era una página
de un guión o de una novela. Siento que soy el instrumento de un escritor y que
mis acciones están condicionadas por las acciones de los otros personajes que
actúan conmigo. En mi historia hay antagonistas, héroes, príncipes azules que
se convierten en sapos, brujas, tragedia, enfermedad, momentos cómicos y todos
los ingredientes perfectos para hacer una gran drama-comedia.
Como pasa en la Serie de televisión “Once Upon a Time”, con cuyo título empiezan
todos los cuentos de Hadas: “Había Una vez”. En esta serie los personajes de los
cuento de los Hermanos Grimm y de Walt Disney se unen para hacer una sola
historia. Una historia donde la Bella y la Bestia existen; donde Hook se vuelve
bueno y a diferencia del cuento que todos conocemos fue víctima de Peter Pan en
el mundo del Nunca Jamás y además es el príncipe azul de la hija de Blanca
Nieves. Una serie donde todos los personajes interactúan entre sí en un pueblo
perdido llamado Storybrooke. En este pueblo la magia hace parte del diario
vivir de los personajes, los malos se vuelven buenos y los buenos pueden ser lo
villanos de la historia, pero eso sí los que alguna vez fueron villanos no
tienen derecho a un final feliz por más buenos que se hayan vuelto. Pero en
esta serie es en la única serie que como yo los personajes se cuestionan de
quien es el autor de sus historias. Uno de los protagonistas Henry, el hijo de
la hija de Blanca Nieves, que había sido adoptado por la bruja malvada del cuento
se compromete a buscar al escritor de todos los cuentos para poder crear un
final feliz para su mamá adoptiva la bruja malvada de Blanca Nieves que por
amor a él se volvió buena. Pero a pesar de su arrepentimiento está condenada a
no tener un final feliz. Ellos encuentras al escritor de sus cuentos, en cambio
yo me sigo preguntando, quien puede ser el escritor de mi libro o de mi
historia, con quien puedo hablar para conseguir mi final feliz y por lo menos
entender un poco más la cadena de sucesos que me rodean.
Según mi Fe el escritor de mi historia tendría que ser Dios…
entonces ¿El Dios de mis personajes seré yo? ¿Como el Dios de los personajes de
Storybroke, es el escritor de los cuentos?.