Introducción

Siempre he querido tener un espacio en el que pueda publicar mis escritos para aquellos que los quieran leer, no sigo reglas y simplemente dejo a mi imaginación que escriba lo que quiera decir. Escribo de todo, de la vida, bitácoras de viajes, lo que me preocupa y mil cosas más. Bienvenidos a todos aquellos que quieran conocer mi mundo!

martes, 4 de noviembre de 2014

LA VERDAD DETRÁS DE LA FRASE: "NO ERES TU... SOY YO... QUIERO ESTAR SOLO"

Llevo un par de semanas en que me reúno con mis amigas y casualmente todas tenemos la misma historia, una ruptura amorosa que nos dejó con el corazón roto en mil pedazos. Relaciones que aparentaron ser las relaciones perfectas, no había un si o un no, no habían peleas, todo era color de rosa, nosotras nos arriesgamos a darnos una oportunidad  con ellos después de desmedidos cortejos y palabras bonitas. Volvimos soñar con un hogar, con el apartamento para los dos, porque como dice la canción “Nos pintan pajarito en el aire”. Un día sin saber por qué estos personajes que nos han hecho soñar y nos han hecho tan felices empiezan a cambiar… nosotras extrañadas insistimos en preguntar: ¿que te pasa?… estás raro ¿de verdad no te pasa nada? y ellos se empeñan en negarlo y se ponen hasta agresivos cuando uno les pregunta. Un día se llenan de valor y nos dicen “Tenemos que hablar”. Ya la sentencia está escrita. Lo que da piedra es el discurso que nos echan (y no hablo solo de mi, hablo de todas mis amigas porque a todas nos han echado el mismo trillado discurso de cajón): “No eres tu… soy yo… eres una gran mujer… eres especial… soy muy feliz al lado tuyo… pero en este momento quiero estar solo… ando confundido… lo que menos quiero es hacerte daño y tu no mereces mi indiferencia… y bla bla bla. Nos llenamos de lágrimas, no sabemos que decir. Unas lloran, otras ruegan, y en mi caso respondo con mil piedras en la mano y mando a ese tal por cual para el infierno por decirlo en términos no censurables en mi Blog. Pero sea cual sea la reacción de nosotras, hay una constante y es el vacío que queda y la cantidad de preguntas sin respuesta: ¿en que fallé? ¿Si soy tan buena mujer, porque no se queda conmigo? ¿Si no me quiere hacer daño para que me conquistó con palabras y promesas que no podía cumplir? Y esas preguntas si son lágrimas profundas, que duelen hasta en las costillas.
¿Será que existe una Universidad donde les enseñan a todos el mismo discurso, como si fuera una poesía que deben recitar en un examen? Porque de verdad es el mismo discurso. Hombres… por favor, traten de ser más originales o digan la verdad. Que no nos quieren hacer daño … ¿Daño? ¿Y es que no hace más daño una mentira? No… de verdad que patético. Entonces lloramos sin parar, dejamos de comer, y empezamos a vivir todas las normales y ya mencionadas antes en mi blog "etapas de la tusa". Pero lo mejor de todo no termina ahí, pasan los días y nos da por ver el Facebook y mágicamente estos personajes que nos acaban de terminar y que querían estar solos, han cambiado su status a “en una relación”; o una amiga nos cuenta que vieron la foto de nuestro ex con otra mujer dándose un beso.  Queda uno fuera de lugar. Vaya… ¿No que querían estar solos? Discurso trillado, deberían cambiarlo y decir la verdad “No eres tu, soy yo y la otra nueva que llegó a mi vida”. Si no nos quieren hacer daño, ¿para que dicen tantas mentiras? ¿No que somos mujeres increíbles y la pasan muy bien con nosotros? Señores, la verdad duele pero la aceptamos… en cambio las mentiras son como un puñal en el corazón que de verdad te hace detestar a la persona que alguna vez amaste.
Hombres!!!! no se esmeren tanto en decir mentiras, al fin y al cabo en el mundo cibernético en el que vivimos no hay nada oculto. Y otro concejo, cambien el discurso que de verdad ya sabemos cual es la verdad detrás de todas esas palabras decorativas que le ponen. Sean francos… si tuvieron los pantalones para conquistarnos y para prometernos tantas cosas, tengan los pantalones para aceptar la realidad de esa terminada. Ahorren saliva… créanme, no es tan divertido y el dolor es más intenso cuando uno se entera de la verdad por otro lado. No vale que los bloquemos a Facebook, no vale que nos bloqueen, uno siempre se termina enterando de la verdad.
Entonces la próxima vez que alguna mujer le vuelvan a dar el discurso de: “no eres tu… soy yo… quiero estar solo…” complementen diciendo… Bla bla bla: “no eres tu… soy yo y la otra nueva que apareció en mi radar”, “quiero estar solo con ella y tu sobras en mi foto”.


jueves, 12 de junio de 2014

EL REFLEJO DE UNA SOCIEDAD SOLITARIA, QUE SE ESCONDE DETRÁS DEL MUNDO VIRTUAL

El mundo virtual, el internet, y las redes sociales, han cambiado la manera de pensar, de vivir y de interactuar de la gente. El internet se ha convertido en una herramienta de trabajo indispensable. El mail, las redes sociales, y las video llamadas ayudan mucho cuando tienes una relación a larga distancia, pues puedes hablar con tu pareja, verla, y hasta mostrarle en donde estás en tiempo real. Y no solo a tu pareja, sino a tu mamá, a tu papá, a tu mejor amiga, y al que quieras en caso de que vivas lejos. A través de las redes de noticias nos mantenemos informados 24 horas al día. Y a través de las redes sociales podemos saber todos los chismes con solo un click. Nos enteramos de cosas como quien le puso los cachos a quien, quien ya no se habla con quien, quien tuvo una noche de tragos loca… hasta nos enteramos donde estuvieron nuestros amigos de rumba y con quien. Quien se va a casar, quien se divorció, y quien tuvo bebé. Y a pesar de todo lo bueno del mundo virtual, yo prefiero los viejos tiempos… Ahora hasta los abrazos se han dejado de lado y se dan por chat.
Antes el mayor acontecimiento era invitar a los amigos a jugar Nintendo a la casa. Ahora te conectas y juegas con cualquier desconocido que esté en la red para jugar Playstation. Antes uno salía con los amigos del barrio a jugar tarro, escondidas, ponchados, y si estábamos más atrevidos jugábamos semanita, botella, la verdad o se atreve, o escondidas americanas. Ahora esos juegos parecen cuentos de la prehistoria, ¿donde quedaron los amigos del barrio? ¿Será que ya no existen?… ahora amigo es cualquiera con el que te conectas y has jugado con él más de una vez en la red. Antes uno llamaba a una amiga, la veía, le contaba los chismes… y si alguna estaba triste uno se daba un abrazo enorme. Ahora te enteras de todos los chismes por Facebook, y si estás triste pones algún comentario en las redes y tu mejor amiga, o amigo, te manda un osito o un monigote abrazando a otro y eso se considera un abrazo de apoyo. Valiente gracia. Antes uno conocía a la gente saliendo, en fiestas, en paseos y demás; ahora las redes sociales se convirtieron en los lugares para conocer. Antes tu coqueteabas con el tipo que te gustaba; ahora existe Tinder, Facebook, Twiter, y si no te basta LikedIn para estudiar el perfil profesional del nuevo prospecto. Para qué salir a un bar o a tomarse un café, si todo está en la red. Antes existían las tardes de amigas; ahora las reuniones se hacen en los grupos de watsapp, y dejamos de lado los ratos juntas. Siempre conectados, pero siempre solos. ¿Que pasó con los tiempos donde los amigos daban abrazos? ¿donde uno jugaba presencialmente con la gente? ¿donde uno compartía momentos con amigos reales y no con un perfil?.. Ahora hasta el sexo se tiene virtualmente. No hay derecho. Esto es lo que yo critico, la enorme soledad que deja el mundo virtual; especialmente las redes sociales como twiter y Tinder.
Siendo muy pretenciosa, y quizás hasta fastidiosa, voy a decir que me considero una persona con muchos amigos y que conoce mucha gente. No sé si por mi trabajo, o por mi manera de ser, o por mis hobbies, o por la rumba, o en fin… porque así soy yo. Una mujer llena de amigos y conocidos, que ama salir, y además pertenece al mundo virtual. También tengo Facebook, instagram, twiter y otras más. Facebook es la red que mas me gusta y que complementa mi vida social perfectamente. Me encanta ver la vida de todos y después ir a buscar el café presencial para que me cuenten todo lo que pasó en realidad. Y las otras que conozco no me parecen tan graves, por eso no voy a hablar de ellas. Pero no puedo evitar criticar a dos redes que me enferman, aunque la verdad no me enferman las redes, me enferman los adictos a ellas. Estas dos redes en mi opinión son las que mas reflejan la soledad de esta sociedad: twiter y Tinder. A los profesionales de twiter se les llama twiteros, supongo que así les puedo decir a los profesionales de tinder “Tinderos”. Bueno los twiteros y los tinderos, usan estas redes y las convierten en su religión y en una manera de vivir. A todos nos quieren convertir para hacernos parte de esa inmensa red. Igual debo confesar que yo tengo twiter y me gusta porque me entero de las noticias de último minuto, y me río en ocasiones. Pero no me considero twitera. Una vez escribí: “Yo no soy twitera, soy Bloggera”; y fue la única vez en que me pusieron mil Likes, retuitiaron, y pudieron comentar. Parece una contradicción, pero así es. Los Bloggeros por lo general son grandes twiteros, y yo nada que ver. Sin embargo un día conocí a un twitero y me criticaba que yo no tenía tantos seguidores en Twiter como debería. Al principio me sentí como mal, después me dio fue risa. El tipo tenía una cantidad como de 7.000 seguidores, y se sentía el rey del mundo. Era como un pequeño nerd de las redes sociales y además, como característica de estos seres llamados los twiteros, era pedante e insoportable (Es verdad no todos son insoportables, pero la gran mayoría lo son). En fin… salimos en varias ocasiones a almorzar, a eventos, y claro se notó quien era la de las relaciones reales… pues yo. Yo era la que siempre saludaba, a la que admiraban, la sonriente, la que comentaba y estaba en todo. A él no lo miraban, y nadie tenía ni idea quien era. Cuando le hablaban solo hacía referencia a su número de seguidores en twiter… que perdedor la verdad. Un día le dije… “¿No vale más tener amigos reales que te conozcan, que sepan quien eres, a ser un @ en una red con mil seguidores que no tienen idea quien eres tu?” Nunca supo que contestar. Yo prefiero tener 108 seguidores en twiter, y tener un millón de amigos en la calle y conocidos que me recuerdan. Entonces… ¿cual es la gloria que predican los twiteros? Son solitarios, pedantes, y viven una fantasía virtual camuflando su soledad. Estoy completamente en contra de la gloria que profesan los twiteros, que a la hora de la verdad no es nada… solo el reflejo del gran vacío de su alama.
Y que decir de la aplicación móvil Tinder. Para los que no saben que es, es una aplicación para teléfonos móviles donde puedes encontrar a tu pareja ideal conectando perfiles de Facebook y a un kilómetro de distancia. Yo estoy rodeada de hombres y de mujeres que ahora están en Tinder, y los dos géneros ven la aplicación de dos formas completamente diferentes. La mayoría de los hombres ven en Tinder como la mejor oportunidad para poder tener sexo sin el mayor esfuerzo. O pregúntele a un Tindero si se casaría con una mujer que encuentra en Tinder, dicen que no. En cambio la mayoría de las mujeres ven en tinder la forma de encontrar a su príncipe azul. No me alcanzan los dedos de mi mano para decir cuantas amigas mujeres de mi edad, me han dicho que su vida cambio desde que entraron a Tinder. Qué es el lugar para encontrar al hombre perfecto. Créanme son más 10 personas las que me han tratado de convertir y hacer parte de la secta religiosa llamada Tinder. Seguramente habrán personas que se habrán enamorado a través de la aplicación y estén felices juntos, pero la verdad aun no he conocido la primera pareja que haya durado más de tres meses de relación. Porque la ventaja de esta aplicación, es que siempre te va a llegar a tu celular una pareja mejor de la que encontraste ayer. Los hombres cuando ven Tinder parecen mercando: “esta, está buena”, “esta no”, “mirémosle los atributos físicos a la vieja que me puso like”, y amplían la foto para ver la parte del frente y el trasero de la dama. Ojalá ampliaran la foto para verle los ojos o la cara, pero eso no es así.  Parecen de verdad de compras para buscar el mejor prospecto que se pueden comer. La mujer, por otro lado, busca en Tinder el hombre con cara de marido y buen papá. Van por dos caminos diferentes y creo que es bien difícil que se puedan encontrar. Lo triste es que la mujer es la que va salir con el corazón en pedazos. No sé si las mujeres más jóvenes que yo, busquen lo mismo que los hombres, encuentros casuales y nada más, ojalá sea así porque las mujeres de mi edad solo buscan amor eterno y creo que eso es lo que no van encontrar en la aplicación. Que pasa con la gente de hoy en día, ¿está tan sola que le da miedo salir a la calle y conocer gente real? Al parecer esto es lo que pasa, o tienen tanto miedo al rechazo que prefieren experimentar por un medio virtual antes de arriesgarse a mostrarse en persona.
Tinder y Twiter para mi, son el reflejo de una sociedad solitaria que se quedó detrás del mundo virtual y dejó de lado la vida real. Una sociedad a la que se le olvidó salir a la calle, interactuar, que solo sabe hablar o mirar a través de una pantalla de computador o de un móvil. Yo en cambio soy la eterna amante del coqueteo, de salir y conocer gente nueva así sea sola, de bailar acompañada, de besar, de abrazar, y de vivir. Me gusta sentir el aire en la cara, y hacer de cada día una aventura en la que siempre conozco gente nueva y gente real. Yo si soy enchapada a la antigua, y me gusta el chisme presencial, el café con las amigas, encontrarme con mis amigos y preguntarles que hay de sus vidas. Lo que he aprendido a hacer es mezclar ambas cosas, la vida virtual y la vida real. Pero nunca he dejado que la vida virtual me gobierne, o se convierta en mi manera de vivir. En lo virtual no todo lo que ves es verdad, en la realidad tampoco pero es más divertida. Y sí, prefiero ser Bloggera (un termino bien pretencioso, pero me encanta decirlo) a Twitera. Prefiero ir de conquista, a buscar la pareja perfecta por Tinder como si estuviera comprando ropa para salir a bailar. Prefiero el contacto físico, y no el chat. Prefiero el abrazo real, y no un monigote abrazando un racimo de bananos o algo así.

Si me encuentras por ahí, seguro me verás rodeada de gente, llena de risas y bailando por ahí. Y les propongo a los religiosos de la virtualidad que salgan a la calle y dejen la pantalla que solo cubre sus caras. Dejen de llamarse con un @, llámense por sus nombres y muéstrense como son. Y por favor… si me encuentran no me traten de convertir al twiterismo, ni al tinderismo… es claro que no lo voy a hacer.

lunes, 14 de abril de 2014

¿POR QUÉ EMPECÉ A VIVIR LA REALIDAD SIN SUEÑOS?


Cuando era niña, de pronto me sorprendía fantaseando entre ilusiones absurdas e incoherentes que llegaban a mi cabeza. Me englobaba imaginando cosas que pensaba nunca me iban a pasar, y hacía de los momentos mas tediosos toda una aventura. Podía estar sentada en un salón de clase, pero en realidad estaba en un mundo donde las cosas más insólitas podían pasar. Podía estar la profesora, o quien quisiera al frente mío, y yo seguía en mi mundo. Me pasaba como en esas películas, donde mientras a los niños los regañan, en su imaginación llega una nave espacial y se lleva a la profesora o a ellos mismos. Eso mas o menos me pasaba a mi. Igual fui bastante afortunada, casi todo lo que soñé en ese tiempo se hizo realidad. Siempre soñé ser lo que soy ahora, una soltera, profesional y rumbera. Aunque nunca pensé que duraría tanto tiempo soltera. Siempre pensé que cumplidos los treinta años yo debería tener 3 hijos y un matrimonio. Ese fue el único sueño que no se me cumplió. A veces ese hecho me hace sentir frustrada, pero otras veces me hace sentir demasiado feliz. Especialmente cuando veo la vida de la mayoría de mis amigas casadas, que se me hace bastante tediosa. Entonces ellas son felices de verse conmigo, para que yo les cuente mis aventuras de soltera. Fantásticas historias que a veces parecen cuentos que yo misma inventé. Igual ya no son invenciones, son historias que pasan en mi realidad y que a todos logran matar de la risa por mi forma de contarlas.

Soy una mujer que depende de si misma, que no depende de nadie, y que puede ser ella sin importar el que dirán. O de pronto sí… como dijo alguien que leyó mi Blog alguna vez, y me dijo que me importaba tanto el que dirán que por eso escribía con cierto toque de resentimiento. Mmm Quizás tenga razón…. Y quizás mi resentimiento sea hacia aquellos que me robaron la capacidad de soñar y de creer en mis sueños. Cuando era niña no me importaba soñar y soñar, sin importar que pudiera llegar a pasar o no. Mis sueños me ayudaban a escapar a ciertos momentos, y hacían de mi vida una fascinante aventura en mi cabeza. Entonces me di cuenta que mi imaginación era tan grande, que empecé a escribir historias, a escribir las cosas que me pasaban por la cabeza, y eso se hacía aun más fascinante. O si no… ¿De donde creen que salió la idea de tener un Blog?


Cuando fui creciendo y muchas de mis fantasía se fueron cumpliendo, eso era alucinante, que por absurda que pareciera mi fantasía ella se cumplía…. Sin embargo… hoy… quisiera recuperar mi capacidad de soñar, de fantasear, de englobarme y soñar lo mas absurdo y ver con el tiempo que se puede cumplir. Pero ya eso no pasa… Pareciera que de tantas veces que se ha roto mi corazón, hubiera perdido la capacidad de soñar y de fantasear. Ya prefiero vivir el día a día lleno de realidad, cuando lo atractivo de mi vida era vivirla entre la realidad y mis fantasías. ¿En que momento dejé que las lágrimas, el dolor del desamor, y las múltiples heridas de mi corazón, me robaran la posibilidad de soñar? ¿Por qué dejé de vivir la vida? ¿Por qué me dejé robar la sonrisa, y empecé a vivir la realidad sin sueños? No es justo la verdad. ¿Donde entonces recupero mi sonrisa? ¿Donde se quedó? ¿Qué pasó con la capacidad de reír a carcajadas? ¿Por qué ya no creo en los te quieros de nadie? Antes no me importaba si eran verdad o no; cuando me decían te amo, cuando lo oía, me hacía muy feliz y me hacía soñar que algo podía pasar y eso era suficiente. Si luego el te amo no existía, quedaba el recuerdo del momento en que lo había oído y eso era lo que bastaba. Pero ahora… ahora todo lo dudo, todo lo cuestiono, y a todo le busco explicación. Una soñadora como yo, un día se volvió racional y convirtió su vida en una aventura demasiado aburrida. Quiero volver a soñar, extraño a la niña que era, quiero reír a carcajadas y cometer las imprudencias de siempre. ¿Donde encuentro a la niña que era, y vuelvo a hacer de mi vida toda una aventura? Nadie tiene derecho a robarte la capacidad de soñar, ni siquiera un gran amor… ni nadie. Bienvenida entonces la vida de nuevo, bienvenida entonces la niña soñadora que era, vuelve a mi que clamo con desesperación por tu compañía.

martes, 18 de marzo de 2014

ELLOS BUSCAN UNA BARBIE Y NOSOTRAS UN KEN

Mis historias podrían tener cualquier nombre de mujer, podrían desarrollarse en  cualquier lugar del mundo… hasta de pronto cualquier mujer soñadora se puede ver reflejada en mis escritos sin importar la edad. Me he dado cuenta que la gran mayoría de nosotras nos parecemos en nuestras experiencias si somos solteras, y no solo eso sino que veo que mis historias y las de mis amigas podrían ser las mismas. Solo cambian los protagonistas, como un modelo de melodrama que nosotras mismas nos empeñamos en repetir. Al final las historias se repiten una tras otra… Y el corazón ya no aguanta más lágrimas, pero sin embargo no se quiere rendir de encontrar a ese hombre perfecto con el que algún día soñó. Cuando era niña me encargué de encarnar a ese hombre en la figura del Ken. Claro… Era perfecto, no hablaba y hacía todo lo que dijera la Barbie. Y eso no existe, los hombres no nos dicen “lo que tu quieras mi amor”, en cambio nosotras por lo menos lo intentamos.  

Hablo con mis amigas… y nuestras historias se entrelazan unas con otras. Todas al fin y al cabo tenemos los mismos problemas; no encontramos a la persona con quien compartir y vivir las historias de nuestros abuelos, que vimos envejecer y algunas los vimos hasta morir juntos. No encontramos con quien vivir nuestros sueños… Ya hasta prefiero no pensar en los sueños compartidos. Los sueños individuales dependen de uno mismo, pero los sueños compartidos son tan difíciles de cumplir, que a veces pienso que es mejor seguir sola para no frustrar más el corazón. Entonces todas tomamos la vía más rápida, desparecer. Irnos de viaje, buscar trabajo en otro país… pensamos que si desaparecemos huimos de nuestra realidad, de nuestra soledad. Pero llegamos a otro país, y aparece otro sapo, nos volvemos a enamorar, y al final volvemos a quedar igual que al inicio… Solas y con ganas de huir de nuevo. Estoy de acuerdo con una amiga mía que dice;  “(…) si después de todas las terapias a las que he ido, no me he curado… ya parece que no me voy a curar. Mas bien deberíamos enviar a los hombres a que vayan a terapias a ver si maduran”. Y tiene razón… Aunque viéndolo bien, el problema si somos nosotras que buscamos en los pantanos lo que deberíamos buscar en los castillos. ¿Pero donde están los pinches castillos que no los veo? La verdad me estoy cansando de soñar en pareja…
Podríamos mirar cuales son las diferencias entre lo que buscan los hombres y lo que buscamos las mujeres, a ver cual es el punto de desencuentro entre los dos: Nosotras buscamos estabilidad, los hombres no quieren sacrificar su vida de solteros… Aunque eso es una mentira que ellos se inventaron para decirnos a nosotras cuando no llenamos sus expectativas. Después salen con la otra y el discurso cambia mágicamente. De pronto un día, después de varios meses de haber terminado nuestra relación, nos los encontramos en el centro comercial. El que no quería casarse, anda de la mano con una niña 10 años menor que nosotras y un gran diamante en la mano de ella. Sentimos un baldado de agua fría que nos recorre desde la cabeza hasta lo pies, tragamos saliva, nos vemos en sudadera, sin peinar; en cambio la nueva acompañante de nuestro ex amado, perfectamente bien arreglada, y con estilo tipo Barbie. Él en cambio más gordo de cuando había estado con nosotras, calvo,  y en sudadera. Entonces nos saludan y nos presentan:  “Hola Margara como estas… mira te presento a mi prometida”. Ahí dice uno AUCH… duele hasta el fondo. Vaya… entonces solo decimos: “(…) hola mucho gusto, bueno te dejo que voy de afán”. Mientras hacemos maromas para no llorar. Salimos casi corriendo al baño, para derramar la tonelada de lágrimas que albergamos en nuestros ojos y al fin desahogar la gran frustración que nos queda por dentro. ¿No que no se querías casa? Perro, maldito. Pero queda claro, no era que no se quisieran casar, el problema era que nosotras no llenábamos sus expectativas de vida. Menos aun,  no cumplíamos todos los cheks, para que el decidiera compartir su vida a nuestro lado.  Con los años las mujeres nos volvemos intolerantes, libres, y a veces eso no es tan atractivo para los hombres. Y nosotras no soportamos que nos digan que debemos hacer. Pero así somos, y por eso hemos luchado muuuchos años. Entonces ¿que nos piden de más? ¿Cuáles son los cheks que debemos llenar? ¿Será que nos debemos ver más jóvenes? ¿volver a ser las niñas sumisas que ellos puedan moldear a su antojo? ¿No tener pasado? Wow… No lo sé… pero somos muchas las que ya parece que nos acompañaremos entre nosotras, porque lo que son los hombres que hemos amado siempre parece que buscarán a otra mujer. Así alguna vez nos hayan dicho que nos amaban, nunca somos las indicadas para ellos. Y lo peor es que cuando nos terminan, parece que todos hubieran aprendido el mismo discurso en el mismo colegio o algo así: “No eres tu, soy yo, eres una gran mujer, espero y encuentres al hombre que te merezca, pero yo no soy para ti…” y bla bla bla.  Creo que la gran mayoría de nosotras hemos vivido esta situación, y siempre los encontramos después y nos cambiaron por una 10 años más joven… nunca por una 10 años mayor… ¿O si? A la que le haya pasado por favor cuénteme y hacemos un nuevo blog con su historia. Pero no nos digamos mentiras, la gran mayoría de las veces nos cambian por una 10 años más joven, con menos estrías, sin várices, y sin celulitis. De verdad… ¿eso es tan importante para ellos?. Entonces estamos muy mal, ellos buscan una Barbie, y nosotros un ken. Creo que nunca nos vamos a encontrar.