Introducción

Siempre he querido tener un espacio en el que pueda publicar mis escritos para aquellos que los quieran leer, no sigo reglas y simplemente dejo a mi imaginación que escriba lo que quiera decir. Escribo de todo, de la vida, bitácoras de viajes, lo que me preocupa y mil cosas más. Bienvenidos a todos aquellos que quieran conocer mi mundo!

martes, 27 de agosto de 2024

HOMBRES G, TODA UNA VIDA SIENDO PARTE DE LA BANDA SONORA DE MI HISTORIA.


Todos los días de camino a mi trabajo, mientras voy en el tren, me dedico a hacer un recorrido por mis redes sociales; me gusta ver qué hay de nuevo entre mis amigos: quien se casó, quien se separó, el hijo de quien se graduó (problemas de quienes vivimos en un país diferente al nuestro y queremos estar enterados de todo). En uno de estos recorridos, me salió un anuncio promocionando la participación de Hombres G en un festival de música en Madrid. Me demoré menos de 4 minutos en gestionar y comprar las entradas; ya el año pasado, por no decidirme a tiempo, me había quedado sin ir a su concierto y no quería que me pasara otra vez. Acto seguido busqué la lista de canciones de sus últimos conciertos y procedí a gestionar mi nueva playlist, para poder cantar a grito herido en el anhelado evento. Durante la búsqueda de todas aquellas canciones, que desde niña llevo cantando, encontré las escenas de la película “Devuélveme a mi chica”… (Que por cierto me volví a ver completa para revivir esa gran época). Se me removieron historias, momentos y recuerdos de mi niñez; me acordé exactamente donde me la había visto por primera vez… la había visto en mi casa, en formato betamax y la había alquilado en Betatonio (Tienda de alquiler de video desaparecida en Colombia). Hombres G ha estado presente en mi vida desde mis 7 años y aún sigo cantando las mismas canciones. Lo más increíble es ver cómo, además de ser parte de la banda sonora de mi vida, siguen siendo cabeza de cartel de los festivales de las nuevas generaciones.

Hombres G, fue el primer grupo de música del que fui fan. La primera vez que los oí, estaba en Medellín de vacaciones con mi Prima Sara, la pelirroja. La primera canción que conocí fue “Devuélveme a mi Chica”. En esas vacaciones nos pasamos los días cantando todas sus canciones: “Una mujer de bandera”, “Devuélveme a Chica”, “En Mi Coche”, “las Chicas Cocodrilo”… entre otras más. Pasábamos el tiempo soñando que éramos las novias de David Summers, aunque la verdad como todas se morían por David yo decía que me gustaba más Dany Mezquita (por ser diferente). Eran los típicos chicos malos con cara de niños buenos. En aquella época eran muy originales, iban con camisetas, bluejeans (o vaqueros), tenis, (o zapatillas) y sus chaquetas (o cazadoras) de cuero; lejos de los pelos largos de moda en aquellos tiempos como los de Miguel Mateos.

Llegó entonces 1987… “Concierto de conciertos en Bogotá”, con la presentación de Hombres G en vivo. Todo el mundo estaba conmocionado con el evento, venían muchos grupos de aquellos años y todos queríamos ir (aunque yo… solo quería ir para ver a hombres G). Para aquel entonces y por la visita del nombrado grupo español, la emisora de moda en Bogotá, que creo que era 88.9 a la cabeza de Alejandro Villalobos; lanzó un concurso para todos los colegios de la ciudad. El colegio que más papelitos escritos enviara a la emisora diciendo: “quiero a hombres G en mi colegio”, ganaría una visita del grupo. Cada papelito tenía que ser escrito a mano, esa era la regla del concurso y no se podían fotocopiar porque se descalificaba al colegio. Yo recuerdo acostarme durante varios días a las 11 de la noche, haciendo papelitos  y poder ver a mi ídolo David Summers y a Dany Mezquita en persona (lo siento por Rafa y Javi,  pero David y Dany eran mis favoritos). Creo que alcancé a hacer unos 200 papelitos en total. Aprovechaba cada minuto para hacerlos. Al final, no ganamos el concurso, quedamos de segundos… sin embargo, de sorpresa la emisora llevó a los Hombres G a mi Colegio por haber ganado el segundo lugar. Salieron por el balcón, en donde se presentaba todas las mañanas la rectora para hacer la oración matutina. Los vi… estaba tan emocionada que no lo podía creer. Inventé que me había encontrado a David Summers de frente y que me había dado su autógrafo… mentira, nunca me lo encontré ni me dio su autógrafo… pero sí se lo dio a otra persona y yo lo fotocopié para decir que me lo había dado a mí  (no me importaba que en el autógrafo dijera otro nombre, yo decía que se había confundido al escribirlo).  Con respecto al concierto no corrí con tanta suerte… tenía la esperanza de que mi hermana mayor me llevara con su novio. Le rogué de todas las formas posibles; le lloré a mi mamá para que la convenciera… pero nada dio resultado… siempre dio la misma respuesta: “…yo no me voy a encartar con una niña en un concierto”. Yo tenía 9 años y ella 19… aquella tarde me quedé en mi casa llorando a escondidas y oyendo una y otra vez el casete grabado de hombres G, que me había regalado mi prima Sara en aquellas vacaciones en las los había oído por primera vez.

Para seguir con la historia, debo contar que mi primer Acetato después de los canticuentos infantiles fue: “Agítese antes de usar” de Hombres G. Pasé de cantar: “Había un vez una iguana…” a… “Suéltate el pelo… y luego si quieres… el sujetador”.  El segundo álbum que tuve de ellos fue: “Chico tienes que cuidarte”; me lo regaló una tía que vivía en Madrid, me lo llevó un verano que fue de vacaciones a Colombia. Era un casete original, con una canción que me encantaba y me hizo soñar con conocer la ciudad natal de los hombres G: “Madrid” (Ese casete de tanto oírlo se le rompió la cinta años después).

Todo duró hasta 1993… en esa fecha el grupo anunció su separación… yo creo que lloré. Fue como perder a mis grandes ídolos. No fue igual con las canciones que sacaba David Summers como solista, ya no eran los Hombres G. Sin embargo, y para mi gran sorpresa y alivio,  cuando estaba terminando la universidad, el grupo anunció que se volvía a reunir y lanzaron su nuevo CD: “Peligrosamente Juntos”… no podía ser más feliz (no tengo que decir que fui de inmediato a la tienda para comprar el CD). Luego anunciaron su concierto promocional en Bogotá en el 2002, esta vez no iba a faltar al concierto por nada del mundo. Compré mi entrada y fui con una amiga que al igual que yo éramos las fans más comprometidas. Disfruté ese concierto como nada en el mundo, era la primera vez que los veía en vivo. No me defraudaron ni un poquito.

Siguieron pasando los años y en 2015 por cosas de la vida me vine a vivir a Madrid… conocí la tan mencionada ciudad a la que le dedicaron una canción en uno de sus discos. Ya los he visto más de una vez en vivo en su ciudad natal… no me canso de verlos ni de escucharlos. Lo único que aún no he oído, es la canción que habla de “(….) esta hermosa ciudad” Madrid…. ¿será mucho pedir?





 

jueves, 25 de abril de 2024

MI HISTORIA DETRÁS DE LA SERIE "EL SECUESTRO DEL VUELO 601"



 Yo Pertenezco a una  gran familia paisa de tradiciones de antaño. De esas familias de grandes hombres… recios, temerarios, fuertes y con una ética ejemplar… Acompañados de grandes mujeres que dedicaron su vida a mantener el orden en el hogar. Una familia protagonista de grandes historias y con grandes personajes; historias que siempre han hecho parte de nuestras vidas y han sido contadas un millón de veces en nuestras reuniones familiares (como sucede en cualquier familia común); historias que creíamos que solo quedarían entre nosotros, hasta que el 10 de abril del presente año, una de esas historias llegó a Netflix con el nombre de: “El secuestro del vuelo 601”. Una historia que protagonizó nuestro héroe familiar… mi tío… Pedro Gerardo Ramírez Restrepo: un hombre Recio, temerario, fuerte, determinado y con una ética ejemplar.

Pedro Gerardo era hermano de mi papá. Su viuda, mi tía, es hermana de mi mamá (dos hermanas casadas con dos hermanos). Él murió cuando yo era muy pequeña… la verdad que no lo recuerdo muy bien… pero a través de sus historias y del cariño que todos sentían por él, siempre ha permanecido muy presente en mi vida. Fue uno de los protagonistas del verdadero secuestro del avión de Sam, que hoy se conoce gracias a la serie como el vuelo 601 de Aerobolivar. Era el copiloto en la tripulación de relevo, porque en la vida real hubo dos tripulaciones: La tripulación comandada por el Capitán Lucena que fue secuestrada, y la tripulación de relevo comandada por el Capitán Molina. La primera tripulación después de tantas horas de vuelo, de varios despegues, aterrizajes y de sobrevolar varias ciudades de Latinoamérica, alerta a los secuestradores de que el avión no está en sus mejores condiciones y que además ellos están agotados. Piden entonces ser relevados y es cuando llega al avión, ya secuestrado, la tripulación de relevo comandada por el Capitán Hugo  Molina, con Pedro Gerardo Ramírez como copiloto, un técnico de vuelo de quien no recuerdo su nombre y dos azafatas (entre las cuales estaba la verdadera Edilma).

Esta historia siempre me fascinó… era mi favorita… pero era de la que menos se hablaba… Hace casi 13 años decidí investigarla para conocerla a fondo, porque como dicen los actores de la serie… “la realidad supera la ficción”. No encontré mucha información… Era como buscar una historia condenada a quedar en el olvido… Los protagonistas estaban muertos, no concia quienes eran las azafatas, no encontraba archivos de periódico, mi familia no contaba nada diferente a lo que ya habían contado miles de veces; y cuando preguntaba los detalles, solo respondían… “…Shhh ha! yo no me acuerdo”… en fin… Encontré un par escritos en blogs y nada más, (los mismos blogs que encontró Massimo Di Rico cuando inició su investigación). El secuestro fue en mayo de 1973… lo curioso es que Pedro Gerardo como Copiloto y Hugo Molina como Capitán, murieron juntos 10 años después en un accidente de un avión en otra compañía diferente. Murieron como tripulación de un avión de carga de la aerolínea de los Coulson… Tampa (Hoy absorbida por Avianca Cargo).

Me empeñé en recuperar esa historia. Imprimí los relatos que encontré y me fui a hablar con un amigo director de cine. Quería proponerle que estudiara la historia y miráramos la forma de hacerla una peli, o una serie, o algo. Yo sabía que tenía una gran historia entre mis manos. Me dijo (en lo cual tenía toda la razón) que no tenía mucha información del suceso, que la investigación que tenía era muy pobre para poder empezar a evaluar la posibilidad de hacer algo con ella. Además, que había que darle un giro a la trama para poder llevarla a la pantalla. Hablé con otro amigo productor y la respuesta fue muy parecida. Traté de ponerme a investigar más y encontrar más datos para presentar algo mucho más aterrizado, pero me encontré con un gran vacío de información.  Dejé algún comentario en uno de los blogs donde se hablaba de los accidentes pidiendo más información, pero nunca recibí respuestas. Entonces dejé los escritos conseguidos metidos en un cajón y dejé que la historia siguiera su camino al olvido.   

Hace 6 años más o menos, por Facebook me contactó un periodista e historiador italiano… Massimo Di Rico. Me dijo que como parte de un libro que estaba escribiendo, estaba reconstruyendo el caso de un secuestro de avión en Colombia en los años 70, cuyo nombre del Copiloto era Pedro Ramírez y el Piloto Hugo Molina. Massimo había visto el comentario que había dejado en uno de los blogs y como buen investigador, se dedicó a buscarme para preguntarme si era pariente de Pedro Gerardo Ramírez. Me sorprendió y me ilusionó el mensaje en cuanto lo vi… Lo contesté casi de inmediato, diciéndole que era mi tío. Comenzamos a hablar. Me dijo que era la primera familiar de Gerardo que le respondía, que había intentado contactar a sus hijas pero que ninguna había contestado. Sentía una enorme curiosidad por la historia del secuestro del avión de Sam y como la misma tripulación había muerto 10 años después en otro accidente con otra compañía, como si fueran los “Condenados del Aire”. El mensaje de Massimo fue el aliciente que necesitaba para sacar mis ganas de recuperar esa historia, así ya no fuera yo quien la escribiera.  Me puse manos a la obra a hablar con todos en mi familia. Ya no era yo sola la que buscaba información, era un periodista italiano que estaba interesado en sacarla a relucir.

Fue muy divertido… apenas hablé con mi prima Sara, que se puso a la cabeza de la misión como buena periodista que es, fue como encender una mecha de colaboración y todos nos pusimos a recopilar la información que cada uno tenía a la mano para que Massimo pudiera sacar la historia adelante. Mis Primos, los hijos de Pedro Gerardo, se contactaron directamente con él. Sara se dedicó a buscar entre los escombros que quedaban de la historia.  Lucy (otra prima), dijo que conocía a una de las azafatas que había estado en el secuestro… y así encontramos a la verdadera Edilma, (bueno en realidad la encontró Sara, pero yo siempre me he sentido parte de la historia y siempre me incluyo), quien aceptó a reunirse con Sara para una entrevista. Nos contó de primera mano lo que había sucedido durante el secuestro y cómo había sido “El pacto de Caballeros”, que habían cerrado el capitán y el copiloto de la aeronave con los secuestradores. Cuando ya se habían liberado todos los pasajeros y solo quedaba la tripulación, los secuestradores dijeron que se bajarían en Asunción, cada uno con una azafata como salvoconducto. Ya lo habían hablado con el Capitán Molina quien había aceptado. Pedro Gerardo no estaba de acuerdo (y con el genio característico de los Ramírez), lleno de rabia habló con los secuestradores y con el Capitán,  dijo que a las azafatas las dejaran en paz y que se lo llevaran a él. Cabe mencionar que además del mal carácter  de mi tío, era ex militar; manejaba las armas mejor que los secuestradores y era tremendamente fuerte. Se dice que a los secuestradores les dio miedo y acordaron  que se bajaría en ciudades diferentes, sin que nadie se diera cuenta hasta que el avión aterrizara en Buenos Aires, para que ellos tuvieran tiempo de escapar. Junto con la entrevista de Edilma, estuvo la entrevista de mi tío Carlos, que fue el único hermano que quiso participar. Sara le fue enviando el material a Massimo poco a poco, quien lo agradeció profundamente. Todos los primos trabajamos motivados por hecho de recuperar esa historia y hacerle un homenaje a mi tío Pedro Gerardo… nuestro Héroe familiar.

Al final el libro salió… “Los Condenados Del Aire”. No podía tener un mejor título. De todas las historias que Massimo investigó, se centró en la historia del secuestro del avión de Sam y como 10 años después su tripulación de relevo murió en otro accidente de avión. Lloré de la emoción cuando leí libro… un trabajo impecable, una investigación profunda y un enfoque imparcial para la historia de nuestro héroe.

Hace menos de un año, Sara (que también es actriz) me contó que la habían llamado para hacer el casting de la serie que se inspiraría en la historia del secuestro. Emocionada le escribí a Massimo para felicitarlo. Estaba muy satisfecho con el rumbo que había tomado su investigación… Netflix había comprado los derechos del libro para adaptar la historia a una serie de TV. Sara se ganó un papel en la serie, que aunque secundario, tuvo la oportunidad de cerrar esta aventura. Ella que investigó y colaboró en el libro, también se ganó el derecho de estar en la producción. Al menos una de las dos estuvo allí y logramos recuperar la historia del olvido.  

Resulta curioso… Ahora con la serie aparecen una infinidad de artículos y escritos que describen el suceso del secuestro… algunos bien informados y otros desinformados totales. Lo Triste es que muy pocos de ellos, hablan de la tripulación de relevo. Una tripulación cuyos miembros cuando salieron de sus respectivas casas rumbo a Aruba, para tomar un vuelo que ya estaba secuestrado por dos locos cansados y armados, que no se sabía si eran guerrilleros o no; se despidieron de sus familiares sin saber que podía pasar y si regresarían vivos de ese viaje. Se embarcaron en esa locura solo por hecho de cumplir con el deber, acompañados de un maletín con $50.000 dólares para empezar con la negociación.

10 años después el Capitán Molina y el Copiloto Pedro Gerardo Ramírez, vuelven a tener otra misión juntos, de la cual esta vez no salen bien librados. Tenían la misión de llevar un avión con un motor averiado a Miami para su reparación. Mi tío ya lo había hecho en varias ocasiones, por lo que no representaba peligro para él. Cuando despegaron de la ciudad de Medellín, algo falló y el avión se estrelló contra una fábrica en la 65 con 30 en Medellín. Los que oyeron la caja negra, dicen que solo se escuchó la voz de mi tío gritándole al Capitán Molina: “Nos vamos a matar… nos vamos a matar”. Ese fue el verdadero final de esa historia.

Gracias Massimo por recuperar nuestra historia del olvido.