El mundo virtual, el internet, y
las redes sociales, han cambiado la manera de pensar, de vivir y de interactuar
de la gente. El internet se ha convertido en una herramienta de trabajo
indispensable. El mail, las redes sociales, y las video llamadas ayudan mucho cuando
tienes una relación a larga distancia, pues puedes hablar con tu pareja, verla,
y hasta mostrarle en donde estás en tiempo real. Y no solo a tu pareja, sino a
tu mamá, a tu papá, a tu mejor amiga, y al que quieras en caso de que vivas
lejos. A través de las redes de noticias nos mantenemos informados 24 horas al
día. Y a través de las redes sociales podemos saber todos los chismes con solo
un click. Nos enteramos de cosas como quien le puso los cachos a quien, quien
ya no se habla con quien, quien tuvo una noche de tragos loca… hasta nos
enteramos donde estuvieron nuestros amigos de rumba y con quien. Quien se va a
casar, quien se divorció, y quien tuvo bebé. Y a pesar de todo lo bueno del
mundo virtual, yo prefiero los viejos tiempos… Ahora hasta los abrazos se han
dejado de lado y se dan por chat.
Antes el mayor acontecimiento
era invitar a los amigos a jugar Nintendo a la casa. Ahora te conectas y juegas
con cualquier desconocido que esté en la red para jugar Playstation. Antes uno
salía con los amigos del barrio a jugar tarro, escondidas, ponchados, y si
estábamos más atrevidos jugábamos semanita, botella, la verdad o se atreve, o
escondidas americanas. Ahora esos juegos parecen cuentos de la prehistoria, ¿donde
quedaron los amigos del barrio? ¿Será que ya no existen?… ahora amigo es
cualquiera con el que te conectas y has jugado con él más de una vez en la red.
Antes uno llamaba a una amiga, la veía, le contaba los chismes… y si alguna
estaba triste uno se daba un abrazo enorme. Ahora te enteras de todos los
chismes por Facebook, y si estás triste pones algún comentario en las redes y
tu mejor amiga, o amigo, te manda un osito o un monigote abrazando a otro y eso
se considera un abrazo de apoyo. Valiente gracia. Antes uno conocía a la gente
saliendo, en fiestas, en paseos y demás; ahora las redes sociales se
convirtieron en los lugares para conocer. Antes tu coqueteabas con el tipo que
te gustaba; ahora existe Tinder, Facebook, Twiter, y si no te basta LikedIn
para estudiar el perfil profesional del nuevo prospecto. Para qué salir a un
bar o a tomarse un café, si todo está en la red. Antes existían las tardes de
amigas; ahora las reuniones se hacen en los grupos de watsapp, y dejamos de
lado los ratos juntas. Siempre conectados, pero siempre solos. ¿Que pasó con
los tiempos donde los amigos daban abrazos? ¿donde uno jugaba presencialmente
con la gente? ¿donde uno compartía momentos con amigos reales y no con un
perfil?.. Ahora hasta el sexo se tiene virtualmente. No hay derecho. Esto es lo
que yo critico, la enorme soledad que deja el mundo virtual; especialmente las
redes sociales como twiter y Tinder.
Siendo muy pretenciosa, y quizás
hasta fastidiosa, voy a decir que me considero una persona con muchos amigos y
que conoce mucha gente. No sé si por mi trabajo, o por mi manera de ser, o por
mis hobbies, o por la rumba, o en fin… porque así soy yo. Una mujer llena de
amigos y conocidos, que ama salir, y además pertenece al mundo virtual. También
tengo Facebook, instagram, twiter y otras más. Facebook es la red que mas me
gusta y que complementa mi vida social perfectamente. Me encanta ver la vida de
todos y después ir a buscar el café presencial para que me cuenten todo lo que
pasó en realidad. Y las otras que conozco no me parecen tan graves, por eso no
voy a hablar de ellas. Pero no puedo evitar criticar a dos redes que me
enferman, aunque la verdad no me enferman las redes, me enferman los adictos a
ellas. Estas dos redes en mi opinión son las que mas reflejan la soledad de
esta sociedad: twiter y Tinder. A los profesionales de twiter se les llama
twiteros, supongo que así les puedo decir a los profesionales de tinder
“Tinderos”. Bueno los twiteros y los tinderos, usan estas redes y las convierten
en su religión y en una manera de vivir. A todos nos quieren convertir para
hacernos parte de esa inmensa red. Igual debo confesar que yo tengo twiter y me
gusta porque me entero de las noticias de último minuto, y me río en ocasiones.
Pero no me considero twitera. Una vez escribí: “Yo no soy twitera, soy
Bloggera”; y fue la única vez en que me pusieron mil Likes, retuitiaron, y
pudieron comentar. Parece una contradicción, pero así es. Los Bloggeros por lo
general son grandes twiteros, y yo nada que ver. Sin embargo un día conocí a un
twitero y me criticaba que yo no tenía tantos seguidores en Twiter como debería.
Al principio me sentí como mal, después me dio fue risa. El tipo tenía una
cantidad como de 7.000 seguidores, y se sentía el rey del mundo. Era como un
pequeño nerd de las redes sociales y además, como característica de estos seres
llamados los twiteros, era pedante e insoportable (Es verdad no todos son
insoportables, pero la gran mayoría lo son). En fin… salimos en varias
ocasiones a almorzar, a eventos, y claro se notó quien era la de las relaciones
reales… pues yo. Yo era la que siempre saludaba, a la que admiraban, la
sonriente, la que comentaba y estaba en todo. A él no lo miraban, y nadie tenía
ni idea quien era. Cuando le hablaban solo hacía referencia a su número de
seguidores en twiter… que perdedor la verdad. Un día le dije… “¿No vale más
tener amigos reales que te conozcan, que sepan quien eres, a ser un @ en una
red con mil seguidores que no tienen idea quien eres tu?” Nunca supo que
contestar. Yo prefiero tener 108 seguidores en twiter, y tener un millón de
amigos en la calle y conocidos que me recuerdan. Entonces… ¿cual es la gloria
que predican los twiteros? Son solitarios, pedantes, y viven una fantasía virtual
camuflando su soledad. Estoy completamente en contra de la gloria que profesan
los twiteros, que a la hora de la verdad no es nada… solo el reflejo del gran
vacío de su alama.
Y que decir de la aplicación
móvil Tinder. Para los que no saben que es, es una aplicación para teléfonos
móviles donde puedes encontrar a tu pareja ideal conectando perfiles de Facebook
y a un kilómetro de distancia. Yo estoy rodeada de hombres y de mujeres que
ahora están en Tinder, y los dos géneros ven la aplicación de dos formas
completamente diferentes. La mayoría de los hombres ven en Tinder como la mejor
oportunidad para poder tener sexo sin el mayor esfuerzo. O pregúntele a un
Tindero si se casaría con una mujer que encuentra en Tinder, dicen que no. En
cambio la mayoría de las mujeres ven en tinder la forma de encontrar a su
príncipe azul. No me alcanzan los dedos de mi mano para decir cuantas amigas
mujeres de mi edad, me han dicho que su vida cambio desde que entraron a
Tinder. Qué es el lugar para encontrar al hombre perfecto. Créanme son más 10
personas las que me han tratado de convertir y hacer parte de la secta
religiosa llamada Tinder. Seguramente habrán personas que se habrán enamorado a
través de la aplicación y estén felices juntos, pero la verdad aun no he conocido
la primera pareja que haya durado más de tres meses de relación. Porque la
ventaja de esta aplicación, es que siempre te va a llegar a tu celular una
pareja mejor de la que encontraste ayer. Los hombres cuando ven Tinder parecen
mercando: “esta, está buena”, “esta no”, “mirémosle los atributos físicos a la
vieja que me puso like”, y amplían la foto para ver la parte del frente y el
trasero de la dama. Ojalá ampliaran la foto para verle los ojos o la cara, pero
eso no es así. Parecen de verdad de
compras para buscar el mejor prospecto que se pueden comer. La mujer, por otro
lado, busca en Tinder el hombre con cara de marido y buen papá. Van por dos
caminos diferentes y creo que es bien difícil que se puedan encontrar. Lo
triste es que la mujer es la que va salir con el corazón en pedazos. No sé si
las mujeres más jóvenes que yo, busquen lo mismo que los hombres, encuentros
casuales y nada más, ojalá sea así porque las mujeres de mi edad solo buscan
amor eterno y creo que eso es lo que no van encontrar en la aplicación. Que
pasa con la gente de hoy en día, ¿está tan sola que le da miedo salir a la
calle y conocer gente real? Al parecer esto es lo que pasa, o tienen tanto
miedo al rechazo que prefieren experimentar por un medio virtual antes de arriesgarse
a mostrarse en persona.
Tinder y Twiter para mi, son el
reflejo de una sociedad solitaria que se quedó detrás del mundo virtual y dejó
de lado la vida real. Una sociedad a la que se le olvidó salir a la calle,
interactuar, que solo sabe hablar o mirar a través de una pantalla de
computador o de un móvil. Yo en cambio soy la eterna amante del coqueteo, de
salir y conocer gente nueva así sea sola, de bailar acompañada, de besar, de
abrazar, y de vivir. Me gusta sentir el aire en la cara, y hacer de cada día
una aventura en la que siempre conozco gente nueva y gente real. Yo si soy
enchapada a la antigua, y me gusta el chisme presencial, el café con las amigas,
encontrarme con mis amigos y preguntarles que hay de sus vidas. Lo que he
aprendido a hacer es mezclar ambas cosas, la vida virtual y la vida real. Pero
nunca he dejado que la vida virtual me gobierne, o se convierta en mi manera de
vivir. En lo virtual no todo lo que ves es verdad, en la realidad tampoco pero
es más divertida. Y sí, prefiero ser Bloggera (un termino bien pretencioso, pero
me encanta decirlo) a Twitera. Prefiero ir de conquista, a buscar la pareja
perfecta por Tinder como si estuviera comprando ropa para salir a bailar.
Prefiero el contacto físico, y no el chat. Prefiero el abrazo real, y no un
monigote abrazando un racimo de bananos o algo así.
Si me encuentras por ahí, seguro
me verás rodeada de gente, llena de risas y bailando por ahí. Y les propongo a
los religiosos de la virtualidad que salgan a la calle y dejen la pantalla que
solo cubre sus caras. Dejen de llamarse con un @, llámense por sus nombres y
muéstrense como son. Y por favor… si me encuentran no me traten de convertir al
twiterismo, ni al tinderismo… es claro que no lo voy a hacer.
Acabo de ver tu post y, casualmente, hace cosa de un mes contesté esto en una entrevista. Creo que encontrarás mas de un punto en común:
ResponderEliminar"Tenemos muchos medios para conectarnos casi con cualquier parte del mundo, y con la mayoría de sus habitantes. Pero con toda esta proliferación de pantallas, no necesariamente somos tan rápidos, multitaskers, o los procesos ocurren tan fácilmente como el mundo digital parece hacerlo ver. Creo además que tenemos una mente y unos cuerpos con limitaciones, y debemos entender que esto aplica para todo lo que pretendemos hacer con los medios digitales: en la actualidad no podemos consumir y procesar tanta información proveniente de tantas fuentes y en tan poco tiempo (se calcula que hoy en día una persona recibe un promedio de 3,000 a 3,500 mensajes de marcas y personas al día!!). Pretender que lo podemos procesar a la misma velocidad y el mismo volumen con que llega toda esta información no solo es locura sino que raya en lo insano, y esa obsesión por estar siempre conectados y con misma la rapidez que ha suscitado lo digital en nuestras vidas, hace que todo se vuelva mas efímero y liviano.
Todo esto me genera cuestionamientos serios hacia la poca profundidad con que estamos asumiendo la vida, la educación, las relaciones. Parece como si pensáramos que un “like”, un chat de WhatsApp o una video conferencia son suficientes para conectarnos con el otro, y la verdad es que cada vez veo una clara paradoja y un peligro enorme; un mayor aislamiento de nosotros como seres humanos. El contacto físico nunca reemplazará al contacto mediado por lo digital. Y esa lección es, quizás, la mayor lección que debemos dejar a las nuevas generaciones: las personas importan, mucho más que las pantallas."
Un abrazo!