Introducción

Siempre he querido tener un espacio en el que pueda publicar mis escritos para aquellos que los quieran leer, no sigo reglas y simplemente dejo a mi imaginación que escriba lo que quiera decir. Escribo de todo, de la vida, bitácoras de viajes, lo que me preocupa y mil cosas más. Bienvenidos a todos aquellos que quieran conocer mi mundo!

jueves, 2 de abril de 2020

¿Y TÚ... CUANTOS DÍAS DE CUARENTENA LLEVAS?

Este parece hoy el idioma universal… En todos los países, todos estamos en nuestras casas contemplando la vida pasar desde nuestras ventanas; como si fuera una película apocalíptica, cómo si todos fuéramos presos, cómo criminales pagando por nuestras culpas. En epidemias de otros tiempos eran castigos de Dios, enfermedades traídas por soldados lejanos y otros más; quizás hoy somos los culpables y pagamos por delitos cometidos al planeta como dicen los miles de memes que apareen en las redes sociales: aquellos que catalogan a los humanos cómo el virus que destruye y por fin está en jaulas, dejando respirar al planeta. Seguro tienen razón, pero desafortunadamente yo hago parte de esta especie que hoy llora y ve morir a sus familiares en frente de sus ojos sin poder decir adiós; veo mi ciudad que amo desde mi ventana llena de soledad en sus calles y sin el espíritu festivo que la caracteriza; como tantos otros me quedé sin poder trabajar porque para cuidar a nuestros viejos necesitamos darnos un respiro y quedarnos en casa para poder salvarlos. Soy el virus que lloro y estoy desesperanzada como muchas otras personas más.

Hoy quiero hablar de mi ciudad, de la aventura que inicié en ella hace más de 4 años y de lo que veo hoy por mi ventana. Vivo en Madrid… dejé mi vida en Colombia, mi familia, mis amigos y vine a aventurarme en esta hermosa ciudad de 7 puertas abiertas para todos. En ella cambié de profesión, conocí a mi pareja (que además de enamorarme con su encanto peculiar de chulo madrileño), me enseñó sus calles estrechas, sus bares, sus monumentos y sus costumbres. Aun recuerdo la primera vez que me fui de fiesta, era el mes de octubre y todavía hacía buen tiempo; me encantaba ver las terrazas llenas de gente, la alegría, los bares a reventar y siempre un motivo para juntarse y tomar una caña o un vino. Esa es Madrid… o era Madrid… una ciudad llena de cultura, de diversión, de historia, de vida, de alegría y de bares… Hoy… una ciudad fantasma la cual por primera vez cerró sus puertas monumentales, sus bares y la gente se encerró en sus casas sin poder brindar; La Plaza mayor, La Cava de San Miguel sin un turista ni un madrileño tomando un vino; La Puerta de Alcalá majestuosa contemplando su soledad. La misma historia se cuenta en París que cerró sus puertas a los amantes, Venecia que aparcó las góndolas, New York que al final si tuvo que dormir, Bogotá sin trancones, Disney que apagó su magia, hoy ningún camino conduce a Roma, y otras más que diariamente vemos en internet… pero nadie ha dicho que Madrid cerró sus bares y cerró sus 7 puertas.     

A diario me levanto, miro por la ventana a la calle vacía y sigo mi rutina para no enloquecer. Pero no puedo evitar que mil preguntas me retumben en mi cabeza: ¿tendremos trabajo cuando esto termine?, ¿quienes quedaremos al final?, ¿habrá sido la última vez que vimos a nuestras familias?, ¿qué irá a pasar en el mundo? ¿La epidemia seguirá una vez salgamos de la cuarentena y todos nos volveremos a contagiar?… La impaciencia comienza reinar, el Coronavirus no discrimina clase social, ocupación laboral, color de piel, cantidad de dinero en el banco… pero si discrimina la edad... no le da igual a un abuelo de 70 años que un niño de 5 años. Se cuida la vida del niño, la del viejo se deja un poco de lado. Esta situación me causa un escozor que me recorre toda la espalda. Pero aquí estamos y aquí seguiremos los que nos adaptemos y logremos sobrevivir a este virus. Y si la forma de salvar a nuestros viejos es quedarnos en casa, pues vale la pena que Madrid cierre sus bares y que todo permanezca en soledad, porque ellos… nuestros viejos lo valen todo.

Hoy estoy en mi día 21 de cuarentena, este escrito lo he revisado 500 veces y siempre tengo algo nuevo por decir. Mis amigos y mi familia están repartidos por todo el mundo y la pregunta que siempre nos hacemos cuando hablamos es: ¿Y tú… cuantos días de cuarentena llevas? ¿Estás bien? ¿Cómo andan tus viejos? ¿Qué es lo que mas extrañas de tu ciudad?

4 comentarios:

  1. Me encanta que escribas de nuevo prima, aprovecha esta sensibilidad. La escritura es un desahogo del alma. Te quiero

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  2. Me encantó! Felicitaciones porque siempre has tenido una habilidad increíble para plasmar lo que sientes! Besos

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    1. Muchas gracias Clau por tu comentario. Así dan ganas de volver a escribir.

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